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Cuidado de mayores. La diabetes en los ancianos

La diabetes en los ancianosSegún la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), el 50% de los mayores con diabetes no está diagnosticado e insisten en la necesidad de realizar una valoración geriátrica integral, indispensable para evitar que la enfermedad pase desapercibida. Y es que, la diabetes es un tipo de enfermedad que se presenta cuando los niveles de azúcar (o glucosa) en sangre son muy altos.

Así es como la diabetes puede traer consigo la aparición de diversos problemas de salud de alto riesgo, tales como hipoglucemias, problemas cardiovasculares, patologías oculares o daños en el riñón, entre otras, que se agravan en el caso de las personas mayores. Por eso, es fundamental que tanto los familiares como las personas especializadas en el cuidado de mayores a domicilio tengan presentes los síntomas y actúen ante el mínimo indicio de que pueda existir la enfermedad.

No hay que olvidar que la diabetes es una enfermedad que aumenta con la edad y que el 40% de los diagnosticados de diabetes son mayores de 65 años, lo que hace imprescindible la actuación de los profesionales del cuidado de mayores para ayudar a que sean ellos quienes controlen los altos niveles de glucosa, previniendo o retrasando así la aparición de problemas en el futuro.

Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, es importante visibilizar esta enfermedad crónica y seguir una serie de pautas para que las personas que la sufren puedan controlarla y tener un mejor conocimiento de esta.

Cuidado de mayores con diabetes: Recomendaciones

El paciente mayor que sufre diabetes tiene unas características particulares que hacen que controle peor su enfermedad, ya que al deterioro funcional que sufren los ancianos con diabetes se suma el cognitivo, empeorando sustancialmente su calidad de vida y repercutiendo directa y negativamente en la evolución de la diabetes.

Los mayores con diabetes tienen, además, más riesgo de errores en la medicación (por ejemplo, administrarse exceso de insulina). Por ello, desde la SEGG recomiendan las siguientes actuaciones para el tratamiento, control y seguimiento del paciente mayor diabético:

  • Educación continua de la familia y de las personas encargadas del cuidado de mayores a domicilio
  • Instrucciones simples al paciente mayor diabético
  • Tratamiento individualizado al mayor, teniendo en cuenta si este padece deterioro cognitivo y deficiencias sensoriales
  • Se recomienda la práctica de actividad física para mayores con diabetes, preferiblemente ejercicios de resistencia, como caminar o bicicleta
  • Reducción de los factores de riesgo cardiovascular, como diabetes
  • Las personas que se dediquen al cuidado de mayores a domicilio deben vigilar la dieta, el peso, la tensión, los pies y la glucosa de los mayores periódicamente.

Diabetes tipo 2: Causas y síntomas

Uno de cada tres ancianos sufre diabetes de tipo 2 en nuestro país, la más común en personas de avanzada edad. La diabetes mellitus (tipo 2) es un trastorno metabólico que se caracteriza por hiperglucemia (nivel alto de azúcar en la sangre) en el contexto de resistencia a la insulina y la relativa falta de insulina, en contraste con la diabetes mellitus tipo 1, en la que hay una total falta de insulina. Los síntomas clásicos son sed excesiva, micción frecuente y hambre constante.

Las causas son varias y según diversos estudios, apuntan a la obesidad como causa primera de este tipo de diabetes entre personas con predisposición genética a la enfermedad, inactividad y presión arterial alta.

En este contexto, se espera que los casos de personas con diabetes en personas mayores se incrementen debido al marcado envejecimiento poblacional de nuestro país. El envejecimiento de la población es un hecho. Hoy España tiene un 40 por ciento menos de los niños necesarios para que se dé el relevo generacional y la población en nuestro país ha envejecido de manera drástica en las últimas décadas.

Si prestamos atención a los síntomas son, en ocasiones, difíciles de detectar ya que aparecen cuando afloran otras enfermedades, pero podemos destacar los siguientes y más comunes:

  • Sensación continua de hambre y sed
  • Necesidad de orinar
  • Problemas de visión
  • Pérdida de peso
  • Heridas que tardan tiempo en curarse
  • Entumecimiento de manos y pies

Cada caso es un mundo. Es por eso importante tener en mente que ha de consensuarse la estrategia a seguir con el paciente y los cuidadores. Marcarse un objetivo y seguirlo llevado a cabo un seguimiento que ha de entregarse al profesional médico que siga el caso. Dada la mayor predisposición de los ancianos a las hipoglucemias se han de dar importancia a las terapias antidiabéticas que minimicen el riesgo de este tipo de episodios. De hecho, es importante recordar que las hipoglucemias son el principal efecto secundario del tratamiento de la diabetes en los ancianos.

Los profesionales no cesan de recomendar buenos hábitos para evitar la aparición de diabetes, pues se ha comprobado mediante diversos informes, en concreto el Informe Mundial sobre Alzheimer que la diabetes aumenta el riesgo de sufrir demencia. En este informe se detalla que la diabetes puede aumentar hasta un 50% el riesgo de contraer demencia. Por otro lado, no realizar actividad física y la obesidad es causa directa de problemas como la diabetes y la hipertensión.

En este informe se detalla que la diabetes puede aumentar hasta un 50% el riesgo de contraer demencia. Por otro lado, no realizar actividad física y la obesidad es causa directa de problemas como la diabetes y la hipertensión.

¿Sabías que el pistacho tiene multitud de beneficios para combatir la diabetes tipo 2?

Así lo ha hecho saber un estudio de la American Heart Association en el que se ha comprobado el efecto beneficioso de este producto. En él, se ha comparado el efecto sobre la presión sanguínea del sistema hemodinámico cardíaco de una dieta moderada en grasas con el 20% de energía proveniente de los pistachos, frente a una dieta con el mismo contenido calórico, pero con menos grasas, más hidratos de carbono y sin pistachos.

Los resultados muestran una mejor respuesta en el caso de que el paciente siga una dieta moderada en grasas insaturadas, procedente de los pistachos. Tanto al inicio como al final de cada periodo, se midió la presión sanguínea y la resistencia vascular periférica de cada paciente, tanto en situación de reposo como en pruebas de estrés. Estas pruebas consistían en sumergir una mano en agua helada más de dos minutos y en resolver un problema matemático de cierta dificultad. En este sentido, West apunta que «tras la ingesta de la dieta con pistacho, los vasos sanguíneos se mantenían más relajados y abiertos durante los test de estrés» añadiendo que «una dieta con pistacho reduce la respuesta del cuerpo ante el estrés».

Por otro lado, el trabajo demuestra que durante 24 horas la presión sistólica sanguínea se mantiene significativamente más baja en el caso de seguir una dieta con pistacho. Como explica la co-investigadora y responsable de conducir las pruebas del estudio, Kathryn Sauder, «este hallazgo es importante porque los individuos que no muestran un descenso de la presión sanguínea durante la noche, acostumbran a padecer más complicaciones cardiovasculares».