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Ratones contra el Alzheimer

Los roedores siempre han sido excelentes animales para las pruebas de laboratorio para estudiar todo tipo de enfermedades del ser humano. El Alzheimer es una de ellas y en multitud de estudios se emplean ratones para poder estudiar los diferentes avances conseguidos utilizando los medicamentos en los roedores, ahora un grupo de científicos ha conseguido ratones super inteligentes.

Se trata de una “entente cordiale” entre investigadores británicos y canadienses que han sido capaces de modificar genéticamente a estos animales para convertirlos en ratones super inteligentes, lo que posibilitaría una nueva vía para estudiar nuevos tratamientos para enfermedades como el Alzheimer, la esquizofrenia o el trastorno del estrés postraumático.

Los expertos investigadores han conseguido saber que la fosfodiesterasa 4B queda bloqueada con la alteración de un solo gen que se encuentra en el cerebro y esto propiciaba que los ratones fueran menos temerosos y mucho más inteligentes.

El autor principal del trabajo, el profesor de farmacología de la universidad de Leeds, Steve Clapcote, ha comentado que “el trabajo con roedores es un prometedor objetivo para futuros tratamientos”.

El trabajo se ha publicado en “Neuropsychopharmacology” y en él se explican los trabajos que se han realizado donde el comportamiento de los ratones ha sido inhibido y se ha comprobado que atienden más rápido, recuerdan hechos durante más tiempo y son capaces de resolver problemas complejos con mayores habilidades que los ratones “normales”.

En el estudio se habla de la habilidad de estos ratones, tratados químicamente, para aprender a localizar una plataforma de escape oculta con mejores resultados, y fueron también capaces de recordar eventos desagradables después de varios días.

La PDE4B se encuentra en los seres humanos y esto da pie a que en las personas se puedan buscar tratamientos para curar enfermedades cerebrales y todos los procesos relacionados con el envejecimiento del cerebro. Otra cuestión importante, y descubierta también en este estudio, es que la inhibición de la enzima PDE4B ayuda a calmar la ansiedad y los ratones eran propicios a pasar más tiempo en espacios abiertos y con más intensidad de luz. Más que ratones sin tratar.

Otro aspecto a tener en cuenta en la exposición del estudio es el factor miedo. De todos es conocido el terror de los roedores a los gatos. Pues bien, en esta investigación se ha comprobado que los ratones tratados tenían menos miedo a la orina de gato que los ratones no experimentales. Esto ofrece conclusiones interesantes, como que con la inhibición de PDE4B los animales pueden incrementar las conductas de riesgo sobre aspectos que anteriormente no se creían posibles.

Gracias a todo el estudio, los investigadores están ahora en un proceso por medio del cual están trabajando en el desarrollo de fármacos que inhiban específicamente la mencionada encima PDE4B. Como es lógico, estos medicamentos se probarán primero en animales, ya que hay que comprobar, si tras las pruebas, son aptos para ser calibrados en seres humanos.

Puede que un pequeño paso en la medicina, pero una esperanza abierta para enfermedades relacionadas con el cerebro que dentro de algunos años, tal vez décadas, puedan ser simples alteraciones que se tratan con una píldora.