A medida que avanzamos en el viaje de la vida, nuestro cuerpo experimenta cambios, algunos de los cuales pueden ser sorprendentes. Uno de esos cambios que suele llamar la atención, tanto de los propios adultos mayores como de sus seres queridos, es la pérdida de peso.
Aunque en ocasiones puede parecer un fenómeno natural del envejecimiento, detrás de este hecho pueden esconderse diferentes razones, algunas de las cuales merecen una atención especial.
En este artículo, vamos a explorar juntos las diversas causas que pueden influir en la pérdida de peso en la tercera edad.
¿Estás preparado? ¡Vamos allá!.
Contenidos
- Factores nutricionales que influyen en el peso de un anciano
- Cambios metabólicos en la vejez y su impacto en la pérdida de peso
- ¿Los medicamentos pueden influir en la pérdida de peso?
- Enfermedades crónicas, causa de pérdida de peso
- Problemas psicológicos y emocionales
- Algunos consejos nutricionales para mantener un peso saludable de un adulto mayor
Factores nutricionales que influyen en el peso de un anciano
El envejecimiento trae consigo una serie de cambios en nuestro organismo. Uno de los más notables es cómo nuestra nutrición puede influir en el peso. ¿Te has preguntado por qué tu ser querido mayor ha experimentado cambios en su peso?
A continuación, te dejaremos algunos de los motivos más destacados:
- Cambios en el apetito: Con la edad, es común que el apetito disminuya. Esto puede deberse a factores hormonales o a la pérdida de sensibilidad en el sentido del gusto y olfato, lo que podría hacer que la comida no sea tan apetitosa como antes.
- Necesidades energéticas: A medida que envejecemos, nuestro metabolismo tiende a ser más lento. Esto significa que los ancianos no necesitan consumir tantas calorías como cuando eran más jóvenes. Sin embargo, la calidad de esas calorías es crucial para mantenerse saludables.
- Dificultades para masticar: Problemas dentales, como la pérdida de dientes o enfermedades en las encías, pueden hacer que masticar sea un desafío. Esto puede limitar la variedad de alimentos que un anciano está dispuesto o puede consumir.
- Dificultades para deglutir: Condiciones como la disfagia pueden hacer que tragar sea doloroso o difícil, lo que puede limitar aún más la ingesta de alimentos.
- Menor absorción de nutrientes: El cuerpo de una persona mayor puede no absorber los nutrientes tan eficientemente como antes. Esto puede llevar a deficiencias nutricionales incluso si la persona está comiendo adecuadamente.
- Necesidades de vitaminas y minerales: A medida que envejecemos, la necesidad de ciertas vitaminas y minerales puede aumentar, como la vitamina D y el calcio para mantener huesos fuertes.
- Hidratación: Muchas veces, las personas mayores no sienten sed con la misma intensidad que las personas más jóvenes. Sin embargo, mantenerse hidratado es vital para el bienestar general y para ayudar al cuerpo a procesar los nutrientes.
- Condiciones médicas y dietas especiales: Enfermedades como la diabetes, hipertensión o problemas renales pueden requerir dietas específicas que afecten la ingesta calórica y nutricional.
Cambios metabólicos en la vejez y su impacto en la pérdida de peso
El metabolismo y sus cambios con la edad
El metabolismo es ese motorcito interno que tiene nuestro cuerpo para transformar los alimentos en energía.
Pero, al igual que un coche que con los años ya no funciona igual que cuando era nuevo, nuestro metabolismo se va desacelerando a medida que envejecemos. Esto significa que quemamos menos calorías en reposo que cuando éramos jóvenes.
Menor masa muscular
Uno de los grandes responsables de esta desaceleración metabólica es la pérdida de masa muscular. Los músculos son tejidos ‘hambrientos’ que consumen muchas calorías, incluso cuando estamos en reposo. Al perder masa muscular, el cuerpo quema menos calorías.
Necesidades energéticas disminuidas
Debido a este metabolismo más lento y a la reducción de la actividad física, las personas mayores generalmente necesitan menos calorías. Sin embargo, si no ajustamos nuestra ingesta de alimentos a estas necesidades reducidas, podemos ganar peso.
Impacto en la pérdida de peso
Por otro lado, si una persona mayor reduce drásticamente su ingesta calórica sin una razón aparente, podría experimentar una pérdida de peso no deseada. Esta pérdida puede ser perjudicial, ya que podría llevar a una reducción aún mayor de la masa muscular y debilitar el sistema inmunológico.
Otros factores a considerar
No todo se reduce al metabolismo. Con la edad, pueden surgir enfermedades que afectan cómo se procesan los alimentos o cómo se absorben los nutrientes. También, medicamentos y tratamientos pueden tener un impacto en el apetito y el metabolismo.
¿Los medicamentos pueden influir en la pérdida de peso?
Medicamentos que reducen el apetito:
Hay ciertos medicamentos que pueden causar pérdida del apetito como efecto secundario. Estos incluyen algunos antidepresivos, medicamentos para la hipertensión, ciertos antibióticos y tratamientos para el cáncer, entre otros.
Medicamentos que aumentan el apetito
Por otro lado, hay medicamentos que pueden hacernos sentir más hambre de lo usual. Algunos esteroides, antipsicóticos y medicamentos para la diabetes son ejemplos de esto.
Cambios en el sentido del gusto y olfato
¿Te imaginas que tu postre favorito de repente supiera a metal? Algunos medicamentos pueden alterar los sabores o incluso hacer que ciertos olores nos resulten desagradables. Estos cambios pueden afectar nuestras ganas de comer.
Problemas gastrointestinales
Náuseas, diarrea o estreñimiento son efectos secundarios comunes de varios medicamentos. Si comer te hace sentir mal, es probable que no quieras hacerlo con frecuencia.
Medicamentos y deshidratación
Algunos medicamentos, especialmente los diuréticos, pueden aumentar la producción de orina y, por lo tanto, causar deshidratación, lo que a veces se confunde con la falta de hambre.
Enfermedades crónicas, causa de pérdida de peso
- Diabetes: Aunque se podría pensar que la diabetes está solo relacionada con el aumento de peso debido a los niveles altos de azúcar en sangre, la realidad es que la pérdida de peso inexplicada puede ser un síntoma de diabetes no controlada. El cuerpo empieza a usar los músculos y las reservas de grasa como fuente de energía porque no puede utilizar el azúcar adecuadamente.
- Enfermedades cardíacas: El corazón es el motor de nuestro cuerpo. Cuando tiene problemas, todo el organismo se resiente. Las personas con enfermedades cardíacas pueden experimentar pérdida de apetito o sentirse rápidamente llenas, lo que podría llevar a una pérdida de peso.
- Enfermedades renales: Los riñones son los encargados de filtrar y eliminar las toxinas de nuestro cuerpo. Una enfermedad renal crónica puede causar pérdida de apetito y, por ende, pérdida de peso.
- Problemas de tiroides: La glándula tiroides regula el metabolismo del cuerpo. Cuando está hiperactiva (hipertiroidismo), puede causar un aumento en el metabolismo, lo que lleva a una rápida pérdida de peso.
- Enfermedades digestivas: Condiciones como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa pueden afectar la capacidad del cuerpo para absorber los nutrientes, lo que lleva a una pérdida de peso.
Problemas psicológicos y emocionales
Aunque es cierto que lo que comemos influye directamente en nuestra salud física, también es vital recordar que nuestra mente y emociones juegan un papel protagónico en nuestras elecciones alimenticias.
¿Te has preguntado alguna vez cómo el estado de ánimo puede influir en lo que comemos y cuánto comemos?
Depresión
Es una de las condiciones más comunes que afectan el apetito. Algunas personas pierden el interés en la comida, mientras que otras pueden comer en exceso buscando consuelo. Es esencial identificar y tratar la depresión adecuadamente para mantener una nutrición equilibrada.
Ansiedad
La ansiedad puede llevar a comer compulsivamente o, por el contrario, reducir el apetito. Además, el estrés crónico puede influir en la elección de alimentos, optando por opciones menos saludables.
Soledad
Estar solo o sentirse solo puede afectar las rutinas de comida. Mucha gente encuentra menos motivación para cocinar o comer adecuadamente cuando está sola.
Traumas y duelos
Experimentar una situación traumática o el duelo por la pérdida de un ser querido puede llevar a cambios significativos en el apetito y en la relación con la comida.
Trastornos alimenticios
Condiciones como la anorexia, bulimia o el trastorno por atracón tienen una conexión directa entre el estado emocional y la conducta alimentaria.
Algunos consejos nutricionales para mantener un peso saludable de un adulto mayor
A medida que crecemos, nuestras necesidades nutricionales cambian, pero el deseo de sentirnos bien y mantener un peso saludable permanece constante. Pero se debe tener en cuenta lo siguiente:
- Prioriza la proteína: A medida que envejecemos, la masa muscular puede disminuir. Es fundamental consumir fuentes de proteína como carnes magras, pescado, huevos, legumbres y frutos secos para mantener la fuerza y el tono muscular.
- Calcio y vitamina D: Estos son esenciales para la salud ósea. Incorpora lácteos bajos en grasa, pescados grasos y alimentos fortificados para asegurarte de obtener suficiente.
- Hidratación: Con la edad, es posible que no sientas tanta sed, pero la hidratación sigue siendo vital. Bebe agua a lo largo del día y considera otras fuentes como infusiones y sopas.
- Fibra en tu dieta: Para favorecer la digestión y evitar problemas de estreñimiento, consume alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, legumbres y granos enteros.
- Minimiza el sodio: Para cuidar tu corazón y presión arterial, elige alimentos con bajo contenido de sodio y reduce el uso de sal al cocinar.
- Controla las porciones: Con la edad, el metabolismo puede ralentizarse. Ajusta las porciones según tus necesidades energéticas, pero siempre priorizando la calidad nutricional.
- Vitamina B12: Es esencial para mantener las células nerviosas y sanguíneas saludables. Asegúrate de incluir fuentes como pescado, carne, huevos y productos lácteos.
- Mantente activo: Complementa tu alimentación con actividad física regular, adaptada a tus capacidades. Puede ser una caminata tranquila, ejercicios de estiramiento o clases de baile.
- Escucha a tu cuerpo: Tómate un momento para saborear tus alimentos y reconoce cuándo estás satisfecho para evitar el exceso.
Planifica tus comidas: A medida que nuestras rutinas cambian, puede ser útil planificar las comidas para garantizar una dieta equilibrada. Si cocinar se vuelve un desafío, considera las opciones de comidas a domicilio o las asistencias en la cocina.