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El ejercicio mejora la tolerancia a la quimioterapia en cáncer de mama

Las mujeres con cáncer de mama que siguen un programa de ejercicio físico durante el tratamiento de fisioterapia experimentan menos efectos secundarios como fatiga, disminución de la aptitud

La quimioterapia puede ser muy molesta para los pacientes y, debido a los efectos secundarios, no todos son capaces de completarla como estaba previsto, sino que requieren de un ajuste de la dosis. Como se ha dicho anteriormente, existen indicios de que el ejercicio físico puede ayudar a reducir estos efectos adversos.

Neil Aaronson pretendía con este estudio determinar qué tipo de programas de ejercicio físico son los más efectivos y si estos pueden ayudar a los pacientes a tolerar mejor la quimioterapia. Así, Aaronson investigó estos temas en un grupo de mujeres con cáncer de mama que recibieron quimioterapia adyuvante.

Para el proyecto de investigación, llamado PACES y cuyos resultados se publican en Journal of Clinical Oncology, se dividió al azar en tres grupos a 230 pacientes con cáncer de mama. El primero siguió un programa de ejercicio aeróbico y de fuerza moderadamente intensiva bajo la supervisión de un fisioterapeuta entrenado; el segundo fue asignado a un programa de ejercicio aeróbico de baja intensidad que podrían hacer en casa y entrenado por un enfermero profesional y el tercero no siguió ningún programa de actividad física.

Los resultados mostraron que los grupos de mujeres que siguieron un programa de ejercicios experimentaron menos fatiga, pérdida de la condición física, náuseas y dolor durante su tratamiento de quimioterapia. Este efecto fue más pronunciado en el grupo de mujeres que siguieron el programa moderadamente intensivo supervisado. Este grupo, además, fue el que mejor soportó la fisioterapia. Solo el 12% de ellas necesitó un ajuste de la dosis, frente al 34% del grupo de control que no pudo tolerarla y necesitó un ajuste de la dosis.

“En el pasado, a los pacientes que recibían quimioterapia se les aconsejaba tomarse las cosas con calma pero, en realidad, es mejor que sean lo más activos posible. El estudio muestra que incluso el ejercicio de baja intensidad tiene un efecto positivo frente a los efectos de la quimioterapia. Pequeñas cantidades de ejercicio ya muestran beneficio en comparación con no ser activo”, destaca Aaronson.

A pesar de esto, el experto señala que no se pueden sacar conclusiones en cuanto a la influencia del ejercicio sobre la eficacia del tratamiento de quimioterapia.