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El exceso de televisión y la falta de ejercicio en la juventud podrían acelerar el deterioro mental

Un estudio publicado recientemente alerta a las personas sedentarias: el exceso de televisión y la falta de ejercicio físico en la adultez temprana podría aumentar las probabilidades de deterioro mental.

Numerosos estudios anteriores sugerían que la actividad física a una edad avanzada podría tener efectos positivos en los ancianos, protegiéndolos del deterioro mental e, incluso, de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Sin embargo, este nuevo estudio sugiere que los efectos del ejercicio físico en la adultez temprana a una edad más avanzada no están tan claros como se pensaba.

“Incluso la adultez temprana y mediana podrían ser periodos críticos para fomentar la actividad física para ayudar a mantener una memoria y un pensamiento potentes en la vejez”, afirma Tina Hoang, investigadora líder del estudio.

En dicha investigación, los científicos siguieron durante 25 años los niveles de actividad física y el uso de la televisión en 3200 estadounidenses, blancos y negros, y con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años. Antes de iniciar el seguimiento, los investigadores encontraron que el 17% de los participantes tenían un patrón a largo plazo de poca actividad física; el 11%, de niveles altos de uso de televisión; y el 3% presentaban ambos patrones.

Posteriormente, se realizaron pruebas de pensamiento y memoria 25 años después. Los resultados, según los investigadores, mostraban que las personas con actividad física baja a largo plazo, además de las personas con un uso alto de televisión, puntuaron mucho peor en comparación con aquellas personas más activas y menos consumidoras de televisión.

Además, los que presentaban tanto una actividad física baja como un consumo alto de televisión a largo plazo tenían casi el doble de probabilidades de sufrir de una mala función mental en la mediana edad.

Cierto es que el estudio no pudo probar causalidad. Sin embargo, en palabras de Hoang: “Las conductas sedentarias, como ver la tele, podrían ser particularmente relevantes para las generaciones futuras de adultos, debido al creciente uso de tecnologías con pantalla”.

“Aunque se necesitan unas evaluaciones cognitivas (de las habilidades mentales) más completas y más seguimiento de los participantes, el estudio es una buena demostración de cómo unos estilos de vida más saludables pueden mejorar la cognición y la calidad de vida a una edad más avanzada”, finaliza el doctor Luca Giliberto, otro de los expertos que ha participado en la investigación.