La neumonía en adultos mayores es una dolencia tan extendida como peligrosa, que puede derivarse de enfermedades tan comunes y habituales cada año como lo es la gripe, pero hay que advertir que igualmente puede prevenirse fácilmente siguiendo una serie de sencillos consejos, y que también puede tratarse adecuada y eficazmente por especialistas de la salud. La neumonía es una enfermedad común en la tercera edad y con alto riesgo de mortalidad, por lo que siempre se suele necesitar hospitalización para su correcto tratamiento.
En las temporadas frías, épocas no sólo de bajas temperaturas, sino también propensas a la rápida propagación de múltiples microorganismos infecciosos, la estocada de las complicaciones de salud puede venir no solamente de un golpe de frío, sino también de las complicaciones de procesos víricos. Una complicación que se produce tanto por razones térmicas como víricas es la de la neumonía, por lo que ha de prevenirse con todo cuidado. La neumonía en personas ancianas se hace bastante habitual en las épocas de frío.
Como es ya sobradamente sabido, todos los años se producen brotes de gripe y de otras enfermedades contagiosas. En estos días en los que bajan las temperaturas, son habituales los contagios por diferentes enfermedades, tanto víricas como bacterianas. En los casos de los niños y los ancianos, se extreman los cuidados para prevenir estos contagios. Esta prevención es importante, aunque el contagio de esta enfermedad depende de diferentes variables, como el estado de salud del anciano y sus condiciones físicas.
Ha de tenerse muy en cuenta que con las temperaturas bajas, el contagio vírico se hace mucho más fácil, frecuente y común, por lo que en la estación invernal es cuando más cuidado tenemos que tener con este tipo de dolencias. Además, hay que agregar a ello que, debido a los cambios fisiológicos en el metabolismo basal y el adelgazamiento de la piel propios de las edades avanzadas, las personas avanzadas son más susceptibles de hipotermias y de contraer contagios víricos en las temporadas frías del año. La neumonía en personas ancianas también es susceptible de producirse por la mayor propensión al frío y sus complicaciones asociadas, propensión que crece a estas edades en comparación con etapas anteriores de la vida.
A continuación, explicaremos qué puede provocar esta enfermedad en las personas ancianas, así como sus síntomas y posibles tratamientos para una correcta recuperación sin secuelas de ningún tipo. Toda esta información la damos de manera general, ya que siempre deberá diagnosticar esta enfermedad un médico profesional.
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¿Qué produce la neumonía?
La neumonía es una enfermedad que afecta a los pulmones de la persona, caracterizada por la multiplicación de microorganismos en el interior de los alvéolos, produciendo una inflamación infecciosa grave en el tejido pulmonar. Pueden causarla microbios, como bacterias, virus y hongos; aunque la causa más habitual en adultos son las primeras. Las complicaciones pulmonares acarreadas por las pulmonías y neumonías son algo que ha de tomarse con gran seriedad, pues aparejan un índice de mortandad elevado que todos los años hace estragos. Si se previene y trata adecuadamente, puede no obstante contrarrestarse. Otro problema que lleva aparejada la neumonía en personas ancianas es la mayor proclividad a complicaciones respiratorias crónicas, por lo que la correcta prevención y tratamiento tanto de los factores que puedan contribuir a desencadenarla, como de la propia neumonía, es crucial.
Esta dolencia es una de las que más ingresos hospitalarios provocan en el caso de los adultos mayores, que son extremadamente vulnerables a este tipo de enfermedades. Es más, se estima que alrededor del 70% de los ingresos por neumonía son de personas ancianas. La neumonía en personas mayores es pues, una causa de ingreso clínico nada despreciable en el espectro demográfico de la tercera edad.
Se puede contraer neumonía de diferentes maneras:
- Por los virus o bacterias que residan en los senos paranasales, es decir, en la nariz, o en la boca, que puedan propagarse a los pulmones.
- Al inhalar directamente los microbios que provocan esta enfermedad a los pulmones.
- La conocida neumonía por aspiración, que se produce cuando se inhalan directamente saliva, alimentos o vómito a los pulmones.
- Del mismo modo, diferentes bacterias pueden causarla:
- La más común es la causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae (neumococo).
- El hongo llamado Pneumocystis jiroveci también puede provocar neumonía en personas cuyo sistema inmunitario no funciona correctamente.
- Los virus, como el que provoca la gripe, también pueden desencadenar una neumonía.
- La neumonía atípica, menos frecuente, es causada por otro tipo de bacterias, y también suele tener síntomas más leves.
¿Qué síntomas tiene la neumonía?
Aunque la neumonía se caracteriza por síntomas concretos, no todas las personas que la sufren tienen los mismos. Estos varían según las características y estado físico y fisiológico de cada persona que padece tal dolencia. De manera general, los síntomas más comunes de la neumonía en ancianos son:
- Mucha tos, tanto seca como con mucosidad, pudiendo incluso expulsar pus o sangre.
- Sonidos de afección respiratoria.
- Escalofríos.
- Dolor de tórax.
Si la neumonía evolucionase, sus síntomas podrían agravarse, experimentando, además de los mencionados anteriormente, los siguientes:
- Acumulación de líquidos y pus en los pulmones.
- Dolores de cabeza.
- Destrucción del tejido pulmonar.
- Insuficiencia respiratoria.
- Dolores musculares y articulares.
- Desorientación.
- Fiebre muy alta que provoque alteración del estado de conciencia.
- Alteraciones gastrointestinales.
- Sensación de debilidad general.
¿Cómo se trata la neumonía en ancianos?
En primer lugar, es absolutamente imprescindible una correcta prevención de la neumonía en personas de avanzada edad. Para ello, es preciso seguir estos sencillos consejos:
- Atención a los síntomas. En cuanto estos se manifiesten, siquiera de manera incipiente y exigua, es cuando deberemos actuar, lo antes posible. Por supuesto, la vacuna es fundamental en este sentido.
- Adoptar y mantener hábitos de higiene. Lavarse las manos de manera regular, y también cuidar la higiene bucodental, ya que por esta vía también se contraen gérmenes patógenos que pueden acarrearnos neumonía.
- Abandonar o reducir al máximo el consumo de tabaco, ya que la nicotina dispara las posibilidades de contraer neumonía en las edades avanzadas.
Cualquier persona que pueda sentir los síntomas de padecer gripe, debe acudir inmediatamente a la consulta del médico para un correcto diagnóstico de la enfermedad y así poder descartar otras enfermedades con las pruebas pertinentes. Cuanto antes se acuda al médico de cabecera, para que este a su vez nos derive al facultativo especialista, mejor es: cuanto más precoz sea la detección de esta patología, más fácilmente podrá detenerse y erradicarse, y más pronto será el restablecimiento del anciano afectado.
En caso de que se confirme el diagnóstico de la neumonía, el tratamiento puede variar según su causa, normalmente dada por analíticas. Normalmente, es necesaria la administración de antibióticos, aunque si la neumonía es producida por un proceso gripal, el tratamiento estará compuesto por antivirales. Para tratar la neumonía en personas mayores, la medicación es fundamental, pues ha de combatir día a día la extensión de los anticuerpos infecciosos en los pulmones del paciente. El control regular y periódico de la toma de fármacos es básico para evitar el agravamiento de la enfermedad.
Desde mSoluciona Castellana, como expertos en cuidado de ancianos de Madrid, siempre recomendamos la visita a nuestro médico ante cualquier síntoma de problema de salud o enfermedad. La neumonía, y más si es personas de avanzada edad, puede y debe tratarse con prontitud y con la ayuda de profesionales cualificados y especializados.