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Cuidado de enfermos. Prevención de las ulceras por presión. PARTE I

Hace unos días compartíamos en nuestra sección de noticias un artículo en donde te contábamos cómo tratar las úlceras por presión. Hoy, queremos darte pautas para evitarlas en caso de que tengas que hacerte cargo de un paciente que pueda sufrirlas. Como especialistas en el cuidado de mayores y enfermos a domicilio, entendemos que mantener unos conocimientos básicos puede ser vital para evitar problemas.

Prevenir las úlceras por presión es una de las tareas más importantes a desarrollar por un cuidador que atiende a una persona con movilidad reducida o encamada. Los objetivos de la prevención son los siguientes.

Mantener la piel intacta e íntegra para mantener la integridad cutánea. Entre los cuidados a los que tenemos que prestar atención se encuentran:

  • Aseo general cada 24 horas y parcial cuando se precise.
  • Mantener la piel en todo momento limpia y seca. Vigilar incontinencias o sudoración excesiva que provoquen humedad.
  • Examinar el estado de la piel a diario, durate el aseo, los cambios posturales… buscando, sobre todo en los puntos de apoyo, áreas enrojecidas.
  • No utilizar sobre la piel ningún tipo de alcoholes
  • Aplicar leche hidratante o vaselina liquida, o emulsiones cutáneas suavizantes (menos en aquellos zonas que queden enrojecidas aun cediendo la presión), procurando su completa absorción con un masaje suave (a no ser que esté contraindicada).
  • Valorar la posibilidad de utilizar ácidos grasos hiperoxigenados (producto sanitario que favorece la circulación sanguínea, la renovación celular y la resistencia de la piel frente a los agentes que favorece la aparición de ulceras por presión en las zonas de riesgo de desarrollo de las ulceras cuya piel este intacta.
  • No frotar o masajear excesivamente sobre las prominencias óseas.
  • Evitar la formación de arrugas en las sabanas de la cama.
  • Para reducir las posibles lesiones por fricción o presión en las zonas más susceptibles de ulceración como son el sacro, los talones, los codos, etc., proteger las prominencias óseas aplicando un apósito hidrocoloide (parches o apósitos de carácter sanitario que se utilizan para cubrir la herida), productos de barrera, vendajes almohadillados y/o taloneras con velcro.

También es importante evitar el exceso de humedad con el objetivo de evitar signos de maceración o infección en la piel por el contacto de orina, heces, sudoración y secreciones de heridas. Entre los cuidados a tener en cuenta:

  • Cuidados de la persona con sonda vesical (tubo flexible que comunica la vejiga al exterior con una bolsa de colección de orina): colocar pañales o absorbentes o colectores.
  • Asear lo antes posible al individuo en caso de incontinencia para evitar maceraciones o infecciones en la piel.
  • Reeducar en lo posible los esfínteres: su finalidad es llevar a las personas con una frecuencia lo más normal y cómoda posible, con lo que se acostumbra a la vejiga a evacuar a un determinado ritmo.

La próxima semana te daremos más pautas en el cuidado y prevención de ulceras por presión. mSoluciona Castellana es líder en el cuidado de mayores a domicilio