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Rotura de cadera: causas, síntomas, y recuperación

Rotura de cadera

Las fracturas en general son una dolencia que afecta especialmente a las personas de edad avanzada. Especialmente la rotura de cadera, una patología de creciente importancia en los ancianos tanto por las consecuencias que implica como por los importantes costes sociales y económicos provocados.

La rotura de cadera es un accidente con serias consecuencias para la salud, y que en edades avanzadas se produce con mucha mayor frecuencia. De cada cien mil personas, cerca de 100 sufren una fractura de cadera en un año. Si nos referimos a personas mayores de 80 años, casi un 3% ha sufrido una fractura de cadera. Y en nuestro país, el número de fracturas de cadera que se produce al año asciende a más de 40000. Además, uno de cada cuatro ancianos que sufre ese tipo de fractura fallece en menos de un año.

La cadera es una zona fundamental de nuestro cuerpo, puesto que la cabeza femoral y la articulación en que esta se inserta son esenciales tanto para los movimientos de rotación del tronco, como para agacharse, inclinarse, caminar, etc.

Las personas mayores son las más perjudicadas por las roturas de fémur y de pelvis. La edad media de los afectados por roturas de cadera se sitúa entre por encima de los 80 años. Por supuesto, el riesgo de padecer una fractura de cadera va incrementándose con la edad. Para las mujeres mayores de 85 años, este riesgo aumenta en un 4% anual.

Al cabo de un mes del accidente, la mortalidad de la rotura de cadera se halla entre el 5% y el 10%. Sólo un tercio de las muertes pueden atribuirse pues a estas fracturas. Y ello aunque la creencia común apunte a darles un papel determinante en el fallecimiento de pacientes de avanzada edad.

Factores que influyen en las fracturas de cadera

Existen muchos factores que influyen para que un hueso se fracture. En el caso de las fracturas de cadera en ancianos, viene producida por la combinación entre las caídas y la osteoporosis. Es importante la prevención, pero los tratamientos han de seguirse con rigurosidad ya que son muy importantes para evitar estas situaciones. Con los datos en la mano, queda claro que la fractura de cadera no es una lesión menor: está comprobado que un 20% de las personas que eran autónomas antes de la fractura han de ser ingresados en residencias, ya que necesitan asistencia.

Con estos datos en la mano, Vincenzo Malafarina, médico geriatra del Hospital San Juan de Dios de Pamplona, incidió en la importancia de prevenir las caídas de las personas mayores y la clave de mantener la constancia en el tratamiento de la osteoporosis.

De las 40.000 fracturas de cadera, siete de cada diez suponen una segunda rotura. Este problema sucede porque tras haber sufrido una fractura, el riesgo de padecer un nuevo incidente se duplica. De hecho, se calcula que para el año 2025, el número de fracturas anuales ascenderá a las 286000, de las que 60000 serán de cadera.

La osteoporosis es la enfermedad por la que los huesos se debilitan y es una de las principales causas de las roturas en personas de edad avanzada. En España, esta enfermedad le supone al sistema sanitario español más de 1.300 millones de euros en el primer año de convalecencia y en 1.055 millones por la consiguiente discapacidad. “Prevenir una nueva caída eliminando barreras como alfombrillas o mesillas, el tratamiento farmacológico, la actividad física, evitar el tabaco y limitar el consumo del alcohol son claves para la prevención», detalló Malafarina.

¿Por qué las roturas de cadera abundan mucho más en las personas mayores?

La mayoría de roturas de cadera en las personas mayores se producen por culpa de una caída o de un mal paso. Tan sólo el 5% de estas fracturas serían independientes de una acción traumática. Los síntomas de rotura de cadera sobrevienen principalmente, por lo tanto, a resultas de caídas accidentales.

Las personas mayores tienen una mayor tendencia a caerse. También poseen unos reflejos mucho menores, que tienden a fallar en las caídas, y además son las principales víctimas de la osteoporosis. El número de personas que sufren roturas de cadera por caída es del triple en los residentes de los geriátricos.

¿Cuáles serían las causas fundamentales de que las personas mayores tiendan a caerse con mayor frecuencia que personas de anteriores espectros de edad? Fundamentalmente, serían estas:

  • En la tercera edad, los problemas del oído -y por lo tanto del equilibrio, que se localiza en esta zona del organismo- son incomparablemente mayores que en edades previas.
  • También los problemas de equilibrio pueden vincularse a trastornos o patologías neurológicas frecuentes entre las personas de edad avanzada, como es el caso de los accidentes cerebrovasculares y sus secuencias, o de las demencias, etc.
  • La pérdida de vista, y también de visión periférica, es un fenómeno absolutamente común y generalizado en las edades avanzadas, que también contribuye a la mayor frecuencia de los accidentes a que nos referimos, y por lo tanto, a la rotura de cadera.
  • Los problemas de coordinación motriz también son más acusados en la ancianidad, y ello también contribuye decisivamente a las caídas.
  • La polimedicación es un factor que también incide en las caídas en la tercera edad, pues en esta etapa la cronificación de enfermedades y la concurrencia de achaques variopintos es bastante común.

Operaciones de cadera: proceso y recuperación

Para el tratamiento de las roturas de fémur y de pelvis el primer paso es escoger entre dos caminos: o bien la conservación, o bien la intervención quirúrgica. Los síntomas de rotura de cadera son dolorosos y persistentes, por lo que es necesario someterse a terapia lo antes posible.

El tratamiento conservador es aplicado en muy escasas ocasiones, dada la pobreza de sus resultados. La mayoría de roturas de cadera se tratan mediante la intervención quirúrgica.

En los pacientes más frágiles o en los más mayores, las fracturas de cadera intracapsulares con desplazamiento (las más difíciles de curar y de más lenta rehabilitación) pueden ser tratadas de dos formas:

  • Reducción: maniobra con que se acomodan los fragmentos de hueso desplazados, a su posición original.
  • Fijación: mediante un dispositivo metálico, que fija los huesos a su posición adecuada.
  • Sin embargo, el fracaso de la unión de fragmentos óseos es muy frecuente, por lo que, para evitar la necrosis de la cabeza femoral, se suele optar por la sustitución de esta. Son los procedimientos de la hemiartroplastia (sólo es sustituida la cabeza femoral), y de la artroplastia total (las dos partes de la articulación son sustituidas por una prótesis cementada especial).

La curación de las fracturas intracapsulares es más complicada, por el escaso riego sanguíneo de la cabeza femoral. Los vasos que pasan hacia la cabeza del fémur pueden resultar dañados, un problema que no existe en las fracturas extracapsulares.

Rotura de cadera y de pelvis: recuperación

La recuperación tras la operación de una fractura de pelvis o cadera es lenta y paulatina, sobre todo en ancianos.

Es habitual recomendar a los pacientes que comiencen a caminar días después de la recuperación. Una de las razones fundamentales de ello es que, principalmente en personas de edad avanzada, la rotura puede acarrear graves secuelas para la salud física y mental: limitación de la movilidad, depresión, incluso delirio. Por ello es necesario atajarlas cuanto antes.

Es necesario, por ejemplo, evitar permanecer sentado durante más de tres cuartos de hora, y hay que evitar tocar la herida, incluso frotarla en la ducha. Se debe secar mediante leves toques. Tampoco se debe sumergir en agua durante algún tiempo.

La prevención y el correcto tratamiento de las roturas de cadera es algo indispensable para que las personas mayores, tan vulnerables a este tipo de roturas, puedan vivir sin los sufrimientos y temores que estos accidentes pueden causar.

La rotura de cadera es uno de los problemas físicos más preocupantes de la ancianidad, y por ello tanto su prevención como una correcta terapia resultan fundamentales.