Vivimos en una sociedad en constante envejecimiento en las últimas décadas y en la que se prevé que el cuidado a domicilio de mayores sea uno de los sectores que más importancia cobre dado el número de ancianos que viven solos en sus hogares.
El 40% de las personas mayores que viven solas están en situación de dependencia, según los estudios, y la crisis producida por el coronavirus no ha hecho nada más que evidenciar estos datos. Son muchas las personas mayores que requieren cuidados a domicilio.
El volumen de la población anciana va en aumento, y muchos de ellos pierden su autonomía personal con los problemas físicos derivados de la vejez, o bien porque han adquirido enfermedades crónicas, etc.
La situación de dependencia de una porción muy alta de la población de la tercera edad, es una realidad incontestable. Esta es la razón primordial por la que cada vez sean más solicitados los cuidados a domicilio de mayores, profesión prácticamente monopolizada por mujeres, un 95%.
Las ventajas del cuidado a domicilio de mayores son evidentes en una sociedad progresivamente envejecida como la nuestra. Y es que se trata de una profesión indispensable en la actual deriva social, como ya reconocen los propios estudios de los más calificados expertos en la materia.
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Cuidar personas mayores: una profesión imprescindible
Las cuidadoras de personas mayores son precisamente esas profesionales cuya cualificación y trayectoria les permite enfrentar cualquier situación de tensión y mantener una fluida y cordial relación con la persona cuidada. Su actuación profesional requiere una vocación inclaudicable, capacidad de empatía con la persona y sus problemas y padecimientos, así como con su entorno familiar, paciencia ante los inconvenientes y trastornos que puedan producirse.
Las empresas de servicios especializadas en ayuda y cuidado a domicilio de mayores, las seleccionan previa y escrupulosamente atendiendo, no sólo a su formación (que deberá estar homologada por el organismo autonómico correspondiente), sino también a sus aptitudes psicológicas y su vocación. Ahí estriban precisamente algunas de las grandes ventajas del cuidado a domicilio de mayores: en las capacidades y conocimientos de las cuidadoras.
Esta es una profesión que requiere, como ya hemos dicho, de una inclinación vocacional clara por parte de la persona que ha de desempeñarla. Algunas veces hay que afrontar situaciones difíciles con la persona a cuidar, y en todo momento tratar de mantener una óptima relación con esta persona y con su entorno familiar.
La cuidadora debe poner los límites adecuados al cuidado para no sobre proteger a la persona anciana, y, sobre todo, actuar conforme a los problemas del anciano a su cargo. Hay que tener en cuenta que la persona en situación de dependencia y con pérdida de autonomía personal, suele conservar sus facultades mentales, y por lo tanto, tiene unos deseos y aspiraciones en su día a día, de los cuales el asistente no ha de ser sino el apoyo, pero nunca el impedimento. He aquí otro de los varios aspectos delicados de esta hermosa profesión que es la asistencia personal.
Vivir en casa antes que en una residencia
Si a cada uno de nosotros nos propusiesen abandonar el que ha sido nuestro hogar, sabríamos la respuesta al instante. Lo mismo ocurre a las personas mayores, más aún, cuando han vivido gran parte de su vida en el mismo sitio, rodeados de recuerdos, rutinas y familiares, algunos de los cuales ya no están.
En este sentido, son más del 85% de las personas mayores de 65 años los que prefieren seguir viviendo en su casa antes que pasar sus días en una residencia. Por ello es imprescindible contar con la familia o el cuidado a domicilio para ayudar a realizar sus actividades diarias, gestiones y contar con apoyo afectivo.
Su autonomía se ve reducida llegada una edad y los problemas de salud, principalmente, hacen que su calidad de vida se deteriore. No obstante, la atención en el domicilio es más personalizada de acuerdo con las necesidades de la persona mayor, donde el hogar se convierte en el entorno más adecuado.
Cuáles son las claves del cuidado a domicilio de mayores
Además de las cualidades que aludimos arriba, el asistente personal debe reunir otras tantas virtudes y habilidades, así como actitudes que debe observar y mantener:
- Sensibilidad con los problemas y cuestiones sociales que se plantean día a día a su alrededor.
- Respetar la intimidad y los deseos e indicaciones de la persona a la que está cuidando.
- Mantener la serenidad y el equilibrio para saber enfrentar las situaciones de tensión y conflicto.
- Ser dialogante y saber escuchar, como un aspecto también absolutamente esencial de su profesión.
- Respetar y apoyar los derechos de la persona dependiente.
- Respetar el derecho de la persona a elegir.
- Ser autocrítico con los propios errores, ser diplomático y saber disculparse cuando la ocasión lo requiera.
- Saber ser discreto y no comentar información privada del paciente con terceras personas sin permiso de la propia persona cuidada.
Contratar cuidadores a domicilio
Existe un viejo dicho en la profesión sanitaria: “Curar algunas veces, aliviar muchas, confortar siempre.” La cuidadora no cura (si no es en primeros auxilios y cuidados de enfermería, por supuesto), aunque sigue las indicaciones del médico correspondiente para controlar la toma por la persona cuidada de los fármacos recetados, y la acompaña a la consulta del centro de salud, además de preparar las comidas siguiendo las directrices de una dieta saludable y equilibrada.
Sin embargo, sí debe aliviar y confortar o consolar a la persona anciana en todo lo que esté en su mano. Ahí reside gran parte de la importancia y la belleza de esta profesión. La Ley de Dependencia y otras tantas medidas y disposiciones jurídicas y legislativas, han tenido gran peso en la mayor sensibilidad presente que existe en la sociedad hacia los problemas de las personas mayores.
El cuidado de ancianos es una profesión que a cada paso acrecienta su importancia, y el servicio de calidad de un profesional cualificado y experimentado es la ayuda que necesitas para cuidar a tus mayores.